Salmo 34:8a
Gustad, y ved que es bueno Jehová.
Salmo 37:5–6, 18–19, 23–25, 39
 Encomienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará.
 Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía.
Conoce Jehová los días de los perfectos,
 y la heredad de ellos será para siempre.
 No serán avergonzados en el mal tiempo,
 y en los días de hambre serán saciados.
Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,
 y él aprueba su camino.
 Cuando el hombre cayere, no quedará postrado,
 porque Jehová sostiene su mano.
 Joven fui, y he envejecido,
 y no he visto justo desamparado,
 ni su descendencia que mendigue pan.
Pero la salvación de los justos es de Jehová,
 y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.
Como un niño, necesitas probar.
De niños, a veces rechazábamos la comida sin probarla. “¡Pruébala y verás que es buena!”, insistía mamá. Con Dios pasa algo similar: vivimos lejos, convencidos de que podemos solos, hasta que el desierto nos muestra nuestra necesidad.
No temas acercarte. Dios no te recibe con reproches, sino con gracia. Prueba y verás que Él es bueno. Encomienda a Jehová tu camino: Él sostiene tu mano, suple en el día malo y no desampara al justo.
Oración
Dios, vengo con humildad. Encomiendo a ti mi camino y confío en tu bondad. Sostén mi vida y guíame paso a paso. En el Nombre de Jesús, Amén.
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