Oración inicial
Jesús, hoy me levanto del borde del camino. Me despojo de la identidad que me ha dado el sufrimiento y tomo la que me ofrece tu amor. Dame valor para caminar como hijo, hablar como hijo y creer como alguien que ha sido visto, llamado y amado por ti. Amén.
Pasaje bíblico
«Llamaron al ciego, diciéndole: “¡Ánimo! Levántate, él te está llamando”». (Marcos 10:49)
Reflexión
Cuando Jesús escuchó el clamor de Bartimeo, no lo sanó de inmediato. Primero lo llamó. Lo sacó de la orilla del camino —el lugar de quienes ven pasar la vida sin participar en ella— y lo puso en medio del sendero por donde transitaban los que podían ver.
La respuesta de Bartimeo fue inmediata: arrojó su manto. Ese trozo de tela no era solo un abrigo, era el símbolo de su condición. Decía a todos: «Soy ciego». Al tirarlo, lo hizo con la fe de que ya no tendría que cargar más con esa etiqueta.
Muchas veces, las enfermedades, traumas o heridas dejan de ser solo circunstancias y terminan convirtiéndose en identidad. Comenzamos a hablar, caminar, reaccionar y pensar como personas derrotadas. Sin darnos cuenta, nos vestimos con el dolor y lo asumimos como parte de lo que somos.
La Escritura dice: «Os despojasteis del viejo hombre con sus obras, y os revestisteis del nuevo, que se renueva para el conocimiento, según la imagen de aquel que lo creó» (Colosenses 3:9-10). Jesús nos llama justamente a eso: a dejar atrás la mentalidad de derrota y a revestirnos de la nueva identidad en Él.
Bartimeo no solo fue sanado, fue salvado. Jesús le dijo: «Tu fe te ha salvado». Lo primero que vio al abrir los ojos fue el rostro de Jesús. Su primera mirada no fue humana, sino divina.
La sanidad comenzó cuando decidió levantarse y se completó cuando creyó, actuó, pidió y recibió. Hoy, Dios también te llama a dejar la orilla, a soltar la capa y a caminar como hijo llamado por su nombre.
Principio espiritual
Actúa como hijo de Dios, despojándote del fracaso y del victimismo.
Versículo final
«Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. Las cosas viejas pasaron; ¡he aquí que han surgido cosas nuevas!» (2 Corintios 5:17)
Preguntas para reflexionar
- ¿Qué identidad he cargado a causa del dolor?
- ¿Qué necesito desechar hoy?
- ¿He estado viviendo como hijo de Dios o como víctima de mi condición?
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