La Oración
“Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero.” Josué 10:12-13
¿Por qué estaba orando Josué?
Josué estaba orando en medio de una batalla crucial contra una coalición de cinco reyes amorreos. Necesitaba más tiempo de luz solar para completar la victoria que Dios le había prometido y evitar que sus enemigos escaparan bajo el amparo de la oscuridad nocturna.
Información de Contexto sobre Josué
Josué había sido el sucesor designado por Dios para liderar a los israelitas después de la muerte de Moisés. Su nombre significa “Jehová es salvación”, el mismo significado del nombre de Jesús en griego. Había sido uno de los doce espías enviados a reconocer la tierra prometida y uno de los únicos dos (junto con Caleb) que había confiado en que Dios les daría la victoria sobre los gigantes.
La batalla en Gabaón no fue una guerra cualquiera; fue el resultado de un tratado de paz que los gabaonitas habían hecho con Israel mediante engaño. Cuando los cinco reyes amorreos se enteraron de esta alianza, formaron una coalición para atacar a Gabaón. Los gabaonitas, ahora aliados de Israel, pidieron ayuda urgente a Josué.
Esta situación puso a Josué en una posición difícil: había sido engañado por los gabaonitas, pero ahora tenía la responsabilidad moral de honrar el pacto hecho. Más importante aún, Dios mismo le había dicho: “No tengas temor de ellos, porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos prevalecerá delante de ti” (Josué 10:8).
La batalla comenzó con una marcha nocturna desde Gilgal hasta Gabaón, una distancia considerable que los soldados israelitas cubrieron en tiempo récord. Cuando llegaron, sorprendieron completamente a los enemigos al amanecer. Dios peleó por Israel enviando grandes piedras del cielo que mataron más enemigos que las espadas israelitas.
Elementos Clave de la Oración de Josué
1. Josué oró con autoridad delegada por Dios. Su oración no fue una súplica temerosa, sino una declaración autoritativa basada en la promesa específica que Dios le había dado. Cuando Dios nos da promesas claras, podemos orar con la autoridad que viene de esas promesas.
Esta autoridad en la oración se basa en nuestra posición como hijos de Dios y en las promesas específicas de su Palabra. Como dice en 1 Juan 5:14-15: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.”
2. Josué hizo su petición públicamente delante de Israel. “Dijo en presencia de los israelitas” muestra que esta no fue una oración privada, sino una declaración pública de fe. Josué arriesgó su reputación como líder al hacer una petición tan audaz delante de todo el pueblo.
La oración pública requiere un nivel de fe extraordinario porque si Dios no responde, todos son testigos. Sin embargo, cuando oramos públicamente con fe genuina, también multiplicamos el impacto del testimonio cuando Dios responde.
3. Josué oró por una necesidad táctica específica en el momento preciso. Su petición fue estratégicamente inteligente: necesitaba luz adicional para completar la victoria y evitar que los enemigos reagruparan sus fuerzas durante la noche. No pidió destrucción sobrenatural de sus enemigos, sino las condiciones naturales necesarias para que sus soldados completaran el trabajo.
A menudo, las oraciones más efectivas son aquellas que piden a Dios que intervenga en formas específicas que complementen nuestros esfuerzos, no que los reemplacen completamente.
4. Su oración demandó un milagro cósmico sin precedentes. Detener el sol y la luna requería que Dios interviniera en las leyes físicas del universo. Esto demuestra que no hay petición demasiado grande para nuestro Dios omnipotente. El versículo 14 confirma: “Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido Jehová a la voz de un hombre.”
Resultado de la Oración
Dios detuvo literalmente el sol en medio del cielo por casi un día completo, permitiendo que Israel completara una victoria total sobre sus enemigos. Los cinco reyes fueron capturados y ejecutados, y toda la región sur de Canaán quedó bajo control israelita en una sola campaña militar.
Esta victoria no solo aseguró territorio físico, sino que también estableció la reputación de Israel y su Dios entre todas las naciones circundantes. El milagro cósmico se convirtió en testimonio del poder ilimitado de Jehová para las generaciones futuras.
La oración de Josué nos desafía a pensar en grande cuando oramos. Si el Dios que puede detener el sol está de nuestro lado, ¿qué imposible no puede hacer realidad? Su ejemplo nos enseña que cuando caminamos en obediencia y tenemos promesas claras de Dios, podemos orar con audacia sobrenatural y esperar que Él responda de maneras que sobrepasen nuestra imaginación más atrevida.
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